19 abr 2015

ANDALUCÍA MANDATÓ UNA MAYORÍA DE IZQUIERDAS


ANDALUCÍA MANDATÓ UNA MAYORÍA DE IZQUIERDAS

          Andalucía  dijo con claridad en las últimas Elecciones Autonómicas del 22 de Marzo que quería un cambio político, pero dentro de la izquierda. Castigó duramente a la derecha representada por el PP, abriéndole suavemente la puerta a Ciudadanos, y a la izquierda representada por IU, casi sustituyéndolo por Podemos.

          También castigó, aunque más levemente, a la izquierda representada por el PSOE, pero dejándola como fuerza mayoritaria con el mandato de gobernar con los ciudadanos y para los ciudadanos desde el diálogo permanente con el resto de la izquierda, porque la ciudadanía ha elegido una clara mayoría absoluta ideológica, aunque heterogénea, compuesta por 67 de los 109 diputados.

          Los andaluces hemos ordenado al PSOE, a Podemos y a IU que nos gobiernen unidos desde la puesta en práctica en la gestión política diaria de los principios de libertad, igualdad y solidaridad.

          La constitución del Parlamento de Andalucía ha dado hoy una respuesta adecuada a ese mandato electoral, consolidando en su Mesa la clara mayoría absoluta de la izquierda, liderada por el PSOE.

          Si esta mayoría absoluta de la izquierda plural (PSOE, Podemos, IU) no se materializara mediante el diálogo abierto, sincero y permanente en un Gobierno de Andalucía efectivo, que, apartando los intereses partidistas,  solucione con responsabilidad colectiva los problemas de los andaluces desde la igualdad y la solidaridad entre los ciudadanos y los territorios, potenciando y ampliando los servicios públicos y las políticas sociales, si estos grupos políticos se mostraran incapaces de gestionar este claro mandato electoral recibido, darían un histórico ejemplo de irresponsabilidad con consecuencias irreversibles para el futuro de la izquierda y del Estado del Bienestar.

          El sistema democrático se basa en el “poder del pueblo”. El pueblo es que el que ordena y manda, contestando en las urnas. Cuando el pueblo ya ha dicho quienes quieren que gobiernen, es indignante preguntarle otra vez, porque sólo se hace la misma pregunta, oída ya la respuesta, cuando ésta no ha gustado a los elegidos o no ha sido entendida por ellos. Quienes no entiendan o a quienes no les guste la palabra del pueblo no caben en el sistema democrático.

          En este sentido, últimamente, se habla mucho de la posibilidad de convocar nuevas Elecciones Autonómicas con la escusa de la inestabilidad política. Pues bien, cualquier grado de inestabilidad política, resultante de unas elecciones democráticas, también debe ser considerado como explícita voluntad popular que, como tal, debe ser respetada y, por lo tanto, gestionada.

          Resumiendo, Andalucía ha ordenado al PSOE, a Podemos y a IU, mayoría absoluta de izquierdas, gobernar de una u otra forma. Andalucía puede y debe ser ejemplo para el resto de España del inicio de un nuevo tiempo histórico, en el que la izquierda, condenada desde siempre a entenderse, cumpla, por fin, esa condena, tan necesaria para la transformación real y permanente de la sociedad.

                                                                                                                                          Fernando Pineda Luna.

 

 

PUBLICADO en diariodehuelva.es (17 Abril 2015)

ANDALUCÍA RESPONDIÓ AL CAMBIO


ANDALUCÍA RESPONDIÓ AL CAMBIO

          Los andaluces, desde aquel triunfante e ilusionante Referéndum de identificación del 28 de Febrero de 1980, sólo apoyado por la mayoritaria izquierda socialista y comunista, hemos sido convocados por décima vez en 33 años a las correspondientes Elecciones Autonómicas.

          En todas ellas, Andalucía respondió concediendo unas amplias mayorías a la misma izquierda que apoyó aquel referéndum, basadas fundamentalmente en el PSOE y reforzadas en el PCE o IU.

          Sólo en la penúltima convocatoria, año  2012, decidió que un partido de derecha, el PP, fuera el más votado, lo que fue ampliamente interpretado como un castigo sobrepasado del pueblo andaluz a los socialistas, seguramente por su creciente desviación ideológica o acrítico acomodo político.

          La derecha ha pedido a Andalucía el "cambio" y los andaluces le hemos respondido que el cambio que nosotros queremos ya comenzó en 1980 contra la voluntad de aquella derecha, cambiando la Andalucía de los cortijos, de los señoritos y sus sirvientes, de los caciques y sus esclavos, de los emigrantes extranjeros y nacionales, del abandono de los servicios públicos de salud y educación, de las carencias de infraestructuras, etc. por la Andalucía del bienestar, de la igualdad de oportunidades, del AVE y las autovías, del avance en la I+D+I, del liderazgo en la investigación biomédica, etc.

          Andalucía ha respondido que no quiere otro "cambio" que el de seguir avanzando con mayor extensión e intensidad en el que ya inició la izquierda hace 33 años.

          El "cambio" ofrecido por el PP es ya bien conocido como el de la eliminación de los derechos políticos y sociales, el de las privatizaciones y recortes de los servicios públicos para convertirlos en negocios de los más ricos y poderosos, el del aumento de las desigualdades, el del abandono de los que sufren paro, falta de cobijo y hambre.

          El "cambio" ofrecido por el PP es el mismo que lleva a cabo en España y en las comunidades autónomas donde gobierna, es decir, el de reordenar la economía, enriqueciendo más a los más ricos, condenando a los trabajadores en sus esclavos y a las clases medias a su desaparición, utilizando la crisis como excusa.

          A este "cambio", Andalucía ha dicho una vez más: ¡NO!

          Los nuevos partidos emergentes, tanto de la izquierda (Podemos) como de la derecha (Ciudadanos y UPyD), creados, en gran medida, por ex militantes despechados o resentidos de los veteranos partidos clásicos (PSOE e IU y PP), han recogido en estas elecciones andaluzas básicamente el descontento y la desconfianza social en las formaciones políticas gobernantes, añadiendo al viejo debate entre la izquierda y la derecha el original elemento de lo nuevo y limpio contra lo viejo y sucio.

          Andalucía ya habló. Ahora le toca hablar a la izquierda vencedora para consensuar la calidad y la cantidad en el avance del cambio ya iniciado hace 33 años y ahora estancado por la asfixia del Gobierno de España. Los andaluces esperamos que no nos decepcione. 

           

                                                                                                                                          Fernando Pineda Luna.

 

PUBLICADO en diariodehuelva.es (23 Marzo 2015)