18 mar 2010

PERVERSIÓN DE LA JUSTICIA

PERVERSIÓN DE LA JUSTICIA

          La extrema derecha, a través de “Manos Limpias” o de “Falange Española”, tras algunos intentos frustrados, ha conseguido finalmente, con el aplauso de la derecha democrática, poner “firme y cara al sol” a lo más selecto de nuestro sistema judicial.
 
          Es sorprendente que tengamos ahora que asistir, quienes creíamos que nuestra democracia estaba ya consolidada, al lamentable espectáculo de toda una Sala del Tribunal Supremo, atendiendo la acusación de grupos neofascistas y desoyendo la propuesta del Fiscal, contra el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón por haberse atrevido a dignificar la memoria de miles de personas ultrajadas, asesinadas y desaparecidas a manos, precisamente, de antecesores de quienes ahora lo acusan.
 
          ¿Cómo es posible que nuestro sistema democrático no tenga los necesarios controles de defensa frente a sus enemigos? El poder legislativo debe urgentemente encontrar instrumentos legislativos para blindar nuestra democracia, que tanto sufrimiento costó recuperar, y evitar que alguien utilice sus propias estructuras para destruirlo desde dentro. Si, para ello, hubiera que adaptar la Constitución Española, que se haga.
 
          Desde el primer mes del golpe militar fascista contra la República, en Consejos de Guerra Sumarísimos de Urgencia, los rebeldes condenaban por delitos de Rebelión Militar a quienes defendían al Gobierno democráticamente constituido. Era la justicia al revés y uno de los ejemplos más tristes y claros en la historia europea sobre la perversión judicial. Lo ocurrido con el juez Garzón durante estos días me transporta con dolor a este triste pasado, porque compruebo que “de hecho” será juzgado el juez por querer juzgar al delincuente. Esto no es más que la perversión de la justicia.
Si a esto se suma que, según los medios de comunicación, Garzón será juzgado, entre otros, por un juez que declaró no estar de acuerdo con la Ley de Memoria Histórica, ley aprobada por el Poder Legislativo, termina uno comprendiendo que se vaya desmoronando la confianza de la ciudadanía en nuestro sistema judicial y que éste se aleje cada vez más de la Justicia.
 
          Si nuestros jueces tienen más confianza en una acusación particular formada por interesados antidemócratas neofascistas que en los fiscales, ¿qué confianza puede tener la ciudadanía en los jueces? Y, si perdemos esta confianza, ¿podremos confiar en el sistema democrático?
 
          En la otra acusación mantenida contra el juez Garzón, desoyendo igualmente al Fiscal, ocurre algo similar, porque es acusado un juez, que se atrevió a investigar delitos de corrupción política, caso “Gürtel”, por lo que sufre el acoso permanente de los principales dirigentes del PP, sin recibir amparo del Consejo General del Poder Judicial. Además, también en este caso, será juzgado, entre otros, por el juez declarado amigo del Presidente de la Generalitat Valenciana, investigado en el mismo caso y cuya parte de la causa archivó. De nuevo los procedimientos técnico-jurídicos pervierten “de hecho” la Justicia, convirtiendo en posible reo al que persigue el delito y en juez al delincuente.
 
          Dar por concluida la transición política sigue siendo nuestra asignatura pendiente. Es posible que, para conseguirlo, debamos reformar la Constitución Española, en lo que sea necesario, sobre todo, para consolidar la democracia en el Poder Judicial, para lo que aún falta mucho camino por recorrer.
 
          Estoy convencido de que este Poder del Estado no será plenamente democrático hasta que el pueblo no tenga algún protagonismo directo en la elección de sus miembros, tanto de Jueces como de Fiscales.

                                                                                                                 FERNANDO PINEDA LUNA

17 feb 2010

IDEOLOGÍA Y POLÍTICA

IDEOLOGÍA Y POLÍTICA

          La izquierda que no lleve clavado en la frente el cartel de la ideología con claridad y sin complejos colabora a la confusión general y justifica el llamado “pensamiento único”, objetivos estratégicos de la derecha.
 
          La derecha triunfa siempre que la izquierda política se encuentra desconectada de la izquierda real. Lo sabe y diseña todas sus estrategias para colaborar en el objetivo deseado.
 
          La primera estrategia activada es la crispación como método de oposición política, porque convierte a la política en algo pernicioso en sí mismo y a los políticos en personajes intolerantes, maleducados y preocupados por ellos más que por los problemas de los ciudadanos. Esta situación provoca el hartazgo y el alejamiento de la ciudadanía, principalmente de la más comprometida socialmente, es decir, de la izquierda real, dejando el camino libre a los poderes fácticos de la derecha real, que son quienes, en definitiva, apadrinan a la derecha política.
 
          Otra estrategia, consecuencia de la anterior, aunque mucho más subliminal, es provocar, para superar la crispación reinante, unas ansias desmedidas de acuerdos entre contrarios, como comprobamos diariamente en las tertulianas llamadas al consenso entre partidos políticos mayoritarios para gestionar “intereses públicos generales”, introduciendo otro elemento de confusión entre éstos y “principios ideológicos básicos” y añadiendo otro argumento a la defensa del “pensamiento único”.
 
          Podría parecer siempre políticamente plausible cualquier consenso sobre “intereses generales”, sin embargo nunca sería éticamente correcto enfrentarlos a “principios básicos”.
 
          Una tercera estrategia consiste en enfrentar lo político a lo profesional para conseguir el desinterés definitivo de la población más comprometida y eliminar su participación en la vida pública, reduciéndola al voto electoral. La derecha real, a lo largo de la historia, siempre defendió la supremacía de los profesionales sobre los políticos en la gestión política, por considerarlos más “preparados”.
 
          Cuando, por ejemplo, el PP reivindicaba recientemente la “profesionalización radical de la Fiscalía” frente a la “politización de la Justicia”, predicaba realmente que lo “profesional” es bueno y que lo “político” es malo. Según estos políticos, “la sociedad mejora cuando la gobiernan los mejores profesionales”. Los políticos de izquierdas siguen considerados en el subconsciente de los conservadores como intrusos que ocupan espacios que históricamente les estaban reservados a los “aristócratas”.
 
          Estos planteamientos no sólo son herencias del pasado, en el que únicamente podían gobernar los poderosos, entre los que se contaban tales profesionales, sino que es también un objetivo actual de la derecha, porque es otra manera de desideologizar la política, al mismo tiempo que aleja de ella a quienes menos oportunidades tuvieron de “profesionalizarse”, lo que terminaría, de hecho, contaminando la democracia (poder del pueblo) con la aristocracia (poder de los mejores).
Que estas estrategias están consiguiendo éxitos lo demuestran estudios del IAE, que indican que al 42% de los andaluces no le interesa la política.
 
          Cuando los pueblos empiezan a sentirse frustrados por la política y engañados por los políticos, recorren siempre, como nos enseña la historia, las mismas estaciones del mismo camino que conducen a los mismos destinos: el pasotismo, la burla, la ira y el desprecio, que conducen a la revolución de los pobres o a la dictadura de los ricos, como únicos destinos finales posibles.
 
          La izquierda política está obligada a mantenerse unida a la izquierda real para luchar juntas contra estas estrategias y evitar la muerte de los principios ideológicos, la desaparición de los valores democráticos y las frustraciones ciudadanas.


                                                                                                                 FERNANDO PINEDA LUNA

12 ene 2010

SALVADORES DE LA CUENCA MINERA

SALVADORES DE LA CUENCA MINERA
 
          Llegan muy tarde, pero, al fin, arrepentidos de su pasado, vienen presurosos a “salvar a la Cuenca Minera del infierno en el que los rojos socialistas la han condenado”.
 
          Quienes desconozcan el pasado reciente y remoto de este territorio podrían sentirse atraídos, como Ulises, por los nuevos cantos de sirena de los populares onubenses. Afortunadamente, por la experiencia acumulada durante largos años de engaños, nadie cree ya aquí en salvadores y, mucho menos, si éstos pertenecen a la derecha política.
 
          Ahora, utilizando la angustia de muchos trabajadores y el dolor de sus familias por el abandono de empresarios incompetentes y, algunos de ellos, delincuentes, se acerca a Riotinto un grupo de políticos a “exigir”, como hipócritas salvadores, a los gobiernos socialistas la elaboración de un “plan de salvación” para solucionar nuestros problemas socioeconómicos.
 
          Los hemos recibido con educación, agradecemos sus preocupaciones, sobre todo, por lo que pueda significar de cumplimiento de penitencias por los pecados cometidos contra nuestros pueblos durante sus interminables mandatos. Ahora, sin embargo, tenemos que decirles que ya no les necesitamos, porque, cuando les pedimos ayuda, siempre nos dieron “con las puertas en las narices”.
 
          No queremos salvadores ni necesitamos sus planes. La gente de esta comarca analizó ya su problemática, propuso soluciones y las presentó a las Administraciones. Y, llegado a este punto, proclamemos una rotunda verdad: ¡sólo escucharon siempre nuestras voces los gobiernos socialistas!, mientras de los populares recibíamos silencios cómplices, ataques agresivos o respuestas negativas.
 
          ¿Pruebas de esto? Podría elaborar un listado interminable de hechos que lo demuestran, pero lo imposibilita el escaso espacio disponible. Expongo, por ello, a título de ejemplo, algunos acontecimientos de los que fui protagonista más directo:
          Nadie duda hoy que la crisis de la minería se saldó, gracias al apoyo de los socialistas, con las siguientes actuaciones principales:
  1. No hubo ningún trabajador abandonado a su suerte.
  2. Se produjo una extraordinaria diversificación económica mediante la creación de bastantes empresas (R.T.Plástico, R.T.Fruit, Nature Pack, Tubespac, Geotexán, Ingemisa Insersa, etc.).
  3. Se construyeron polígonos industriales en casi todos los municipios de la zona.
  4. Se creó la Fundación Río Tinto, que, a su vez, desarrolló una importante industria del turismo histórico y minerometalúrgico.
  5. Se potenció el Hospital de Riotinto.
  6. Se construyó la Presa del ‘Jarrama’ para asegurar el regadío de los cítricos y el abastecimiento general.
  7. Se potenció de forma extraordinaria las políticas activas de empleo, aumentando el número de Escuelas Taller, Talleres de Empleo y Casas de Oficio, así como los fondos del antiguo “PER” y los cursos de FPO.
          Sin embargo, durante los gobiernos populares, retrocede bruscamente este desarrollo, como lo prueban los siguientes acontecimientos:
  1. Como Ministro Popular de Trabajo, el Sr. Arenas Bocanegra, se reunió en Riotinto con los alcaldes de la Cuenca Minera, que le pidieron continuar el esfuerzo en las políticas activas de empleo. El mismo día, en su posterior visita a Paterna, donde yo le recibía en nombre de la Diputación, junto al resto de autoridades provinciales, al preguntarle, me confesó que “ya estaba bien de tantas subvenciones a la Cuenca Minera”. Efectivamente cumplió su deseo: los fondos del “PER”, las Escuelas Taller, los Talleres de Empleo, las Casas de Oficio se redujeron al mínimo.
  2. Durante la segunda legislatura del gobierno aznarista, ya con mayoría absoluta, siendo yo presidente de la Mancomunidad de la Cuenca Minera, enterados de las negativas intenciones sobre la futura autovía de la N-435, los alcaldes fuimos al Congreso y al Senado a plantear nuestra reivindicación a los Grupos Políticos. Todos, menos el PP, apoyaron.
  3. Conseguimos la presentación de una iniciativa favorable a la autovía en el Congreso y, cuando se debatía en Sesión Plenaria, allí estábamos los alcaldes escuchando, entre el público, la negativa “por innecesaria” del Ministro Popular de Fomento, el Sr. Álvarez Cascos.
          Felizmente, pasaron esos negros años, volvieron las políticas activas de empleo, las autovías Zalamea-Santa Olalla y Huelva-Badajoz, el Parque Empresarial. Recuperamos, por fin, la esperanza y la seguridad, porque la gente de aquí sabemos muy bien que los Gobiernos Socialistas de Andalucía y de España apoyarán siempre a quienes sufren, porque, para ellos, los fondos públicos son para distribuir solidariamente las riquezas entre los más necesitados. ¡No queremos salvadores! Si Luis Miguel Gómez hubiera hecho su huelga de hambre gobernando el PP, su muerte hubiera sido más que probable.

                                                                                 Fernando Pineda Luna, ex Alcalde de El Campillo.