27 oct 2009

¿PRESUPUESTOS SOLIDARIOS?

¿PRESUPUESTOS SOLIDARIOS?
 
          La característica fundamental y diferenciadora de unos Presupuestos Generales del Estado elaborados por un Gobierno Socialista debería ser siempre la solidaridad, como el mejor instrumento de la justicia distributiva, siempre que se genere a través de políticas de discriminación positiva. Si, además, estamos inmersos en una crisis tan profunda, esta solidaridad debe radicalizarse y convertirse de conveniente en necesaria y urgente.
 
          Sin embargo, por los datos conocidos hasta hoy, están aún lejos de estos principios y valores socialistas, aunque quiero creer que se han podido quedar a medio camino, debido sólo a estrategias políticas de “geometría variable”, en la búsqueda de la necesaria mayoría parlamentaria para su aprobación, y no por el convencimiento sincero del Gobierno de que son suficientemente solidarios.
 
          La propuesta presupuestaria no es suficientemente solidaria en los ingresos porque la subida de impuestos no responde estrictamente al principio básico de la justicia distributiva de que “pague más el que más posea”. Vuelve la clase media a ser la más perjudicada por ser la más numerosa.
 
          Los gastos sí responden a esta solidaridad porque aumentan la protección social de los más desfavorecidos y de los más damnificados por la crisis económica, diferenciándose claramente de cualquier otra alternativa posible de la derecha política. Sin embargo, la disminución de la inversión pública colabora al crecimiento del paro y paraliza el desarrollo en zonas con déficit de infraestructuras.
 
          Se dice que no hay los mimbres necesarios para fabricar el cesto que nos gustaría tener. Se informa que es prácticamente inútil subir impuestos a los más ricos porque éstos tienen mecanismos para salir airosos de cualquier presión de Hacienda, como se demostró cuando en 2005 se inspeccionó la SICAV sin resultados. Es verdad, pero un Estado de Derecho tiene vías para suprimir o modificar sistemas.
 
          El Gobierno Socialista está obligado, ahora más que nunca, a pactar con la izquierda parlamentaria responsable las reformas necesarias para que los sistemas económicos y financieros sean siempre instrumentos de solidaridad y nunca de especulación. Es la oportunidad que le queda a la izquierda para frenar el desencanto de su electorado ideológico, que paulatinamente se extiende por toda Europa.
 
          Por otra parte, en el caso de la provincia de Huelva en materia de infraestructuras, según los datos conocidos, la insolidaridad adquiere también el calificativo de geográfica e intercomarcal. La escasez de ingresos de los PGE provoca ansiedad en la Cuenca Minera por el retraso de las obras del desdoble de la N-435. ¿Por qué permitimos que, cuando surge un problema, sigan sufriendo las consecuencias los más débiles, los más necesitados, los que tienen menos? La provincia de Huelva tiene una deuda histórica con la Cuenca Minera y es ya tiempo y hora de que ésta la cobre. El desdoble de la N-435, junto al desdoble de A-461, debería haber sido una inversión prioritaria a otras muchas de la provincia ya adjudicadas e, incluso, ya ejecutadas.
 
          En el 11º Congreso Provincial Socialista se aprobó por unanimidad una enmienda de adición a la Ponencia Marco, presentada por la Agrupación Socialista de El Campillo, que decía: “Para avanzar con mayor rapidez hacia una real vertebración provincial solidaria, debemos poner en marcha en las comarcas menos desarrolladas (el 75 por ciento del territorio provincial) políticas de desarrollo socioeconómico basadas en criterios de DISCRIMINACIÓN POSITIVA”.
 
          Ante esta situación, el Grupo Parlamentario Socialista está obligado, y sé que lo va a hacer, a pelear duramente, a través de las correspondientes enmiendas, para avanzar en la solidaridad entre las personas y los territorios, algo imposible sin la aplicación de políticas de discriminación positiva. No debemos dar lo mismo a todos, sino más a los que tienen menos. No avanzaremos nunca, en libertad, hacia la igualdad, si no damos, desde ahora, más oportunidades a quienes, hasta ahora, menos oportunidades tuvieron. La igualdad de oportunidades, si no se instrumentaliza en la discriminación positiva, produce más desigualdad y, por lo tanto, se convierte en insolidaria.
 
                                                                                                                              Fernando Pineda Luna.

6 jul 2009

EUROPA, OPORTUNIDAD PERDIDA

EUROPA, OPORTUNIDAD PERDIDA
EN MOMENTOS DE CRISIS SE VOTÓ CONTINUIDAD
 
          Pasado un mes desde las elecciones al Parlamento Europeo, se hace más necesario que nunca, desde la izquierda política, elaborar sosegadamente un análisis crítico, no tanto de los resultados cuanto de sus consecuencias.
 
          En plena campaña electoral defendí que la crisis económica debería ser una oportunidad política para la izquierda. Se daban excelentes condiciones para que los socialistas europeos, creadores del Estado del Bienestar, recuperaran el protagonismo político del viejo continente para aplicar soluciones socialdemócratas a los problemas surgidos desde un descontrolado neoliberalismo económico.
 
          Parecía lógico que el electorado europeo castigara a la derecha, responsable por omisión del descontrol financiero que ha ocasionado esta profunda crisis. Parecía previsible que el pueblo encargara a la izquierda la misión de construir un nuevo proyecto que regule los sistemas económicos, que castigue la avaricia desenfrenada de los banqueros y que, en definitiva, haga crecer al Estado a través del permanente control de la política sobre la economía.
 
          La realidad resultante, sin embargo, ha sido muy distinta. Europa ha sido otra oportunidad perdida para la izquierda. La derecha no sólo vuelve a ganar, sino que aumenta su ventaja frente a la izquierda.
 
          ¿Por qué la ciudadanía encargó, por acción u omisión, a la derecha gestionar esta crítica situación, sabiendo que su propia filosofía política está en el origen de la misma crisis que se pretende solucionar? La respuesta a esta cuestión debería ser el objetivo de un amplio, sereno y autocrítico debate desde las bases de la izquierda europea hasta concluir en un Congreso Extraordinario de la Internacional Socialista.
 
          No obstante, me atrevo ya a enumerar algunas causas de esta aparente incoherencia del comportamiento electoral:
 
          Primera: La estrategia conservadora de predicar y propagar el “pensamiento único”, que está consiguiendo éxitos en sectores progresistas, cuyos diferentes niveles de desencantos los han conducido a la creencia pretendida de que “todos son iguales”.
 
          Segunda: La obsesión de los partidos mayoritarios de ocupar el “centro político” para ganar elecciones avala el argumentario de la “negación de las ideologías” y acerca tanto unos a otros que terminan pareciendo que “todos son iguales”.
 
          Tercera: Cada vez se debate menos entre los partidos mayoritarios de la izquierda y la derecha sobre distintos “proyectos de gobierno” y se habla más de diferentes “formas de gobernar”, cayendo una vez más la izquierda en la trampa estratégica y propagandística de la derecha.
 
          Ante esta situación, el pueblo, que nunca se equivoca cuando decide en libertad y sin ataduras personales, familiares o laborales, dictó sentencia, teniendo en cuenta los siguientes considerandos:
 
          Primero: Un “proyecto de gobierno” de derecha será siempre mejor gestionado por la derecha que por la izquierda.
 
          Segundo: La “forma de gobernar” no debería ser nunca elemento diferenciador para elegir derecha o izquierda.
 
          Tercero: Gobernar no es patrimonio exclusivo de la derecha, como ésta históricamente siempre creyó.
 
          Cuarto: Ética y valores como elementos básicos en las “formas de gobernar” es “conditio sine qua non” para un gobierno de izquierda.
 
          Valorados estos supuestos, el pueblo ordenó que la derecha siga gobernando la Europa en la que la izquierda creó y consolidó el Estado del Bienestar. Quienes no encontraron en la izquierda un “proyecto de gobierno” diferenciador decidieron abstenerse, porque, cuando los proyectos de la derecha y la izquierda se parecen tanto, es mejor que lo gestione aquélla, aunque no guste la forma de hacerlo.
 
          La izquierda europea perdió la oportunidad de recuperar su autoestima, de no sentir miedo ni tener reparos en mostrarse como tal, sin ambigüedad pusilánime, con energía provocadora, presentando un “proyecto de gobierno” claramente diferenciador, sin complejos, que deje claro que debe ser la política la que dirija la economía y la que regule el sistema financiero.
 
          No pueden convencer sobre un proyecto de izquierda diferenciador de la derecha quienes anuncian el apoyo al conservador José Manuel Duräo Barroso, ni quienes permiten al presidente del Banco de España proponer al gobierno derechizar su política laboral, cuando su preocupación debería ser dar propuestas progresistas para un mayor control del sistema financiero.
 
          Europa es hoy otra oportunidad perdida para la izquierda, que tiene que seguir soportando consejos neoliberales del presidente de BCE, Jean Claude Trichet, sobre reformas laborales antisociales para solucionar problemas financieros originados por la avaricia y la codicia de banqueros incontrolados.
 
          La izquierda sólo puede ganar elecciones con proyectos de transformación de la realidad, explicados mediante debates ideológicos diferenciadores.
 
                                                                                                                 FERNANDO PINEDA LUNA
      

31 may 2009

LA OPORTUNIDAD POLÍTICA DE LA CRISIS ECONÓMICA

LA OPORTUNIDAD POLÍTICA DE LA CRISIS ECONÓMICA

          El día 7 de Junio tendremos una extraordinaria oportunidad de cambiar la actual Europa, gobernada por mercaderes y especuladores, para empezar a construir la nueva Europa Social.
 
          Este sueño sólo podrá convertirse en realidad si los Socialistas Europeos conseguimos arrebatar a la derecha la mayoría absoluta que mantienen en el actual Parlamento Europeo.
 
          Una profunda crisis global se está cebando con el mundo y, como siempre, perjudicando a los más desprotegidos de la humanidad.
 
          La política de la derecha, que ha estado demasiado tiempo gobernando en los Estados Unidos de América y en la Unión Europea, es la que ha originado esta difícil situación económica. El adelgazamiento del Estado, cada vez menos intervencionista en la economía, y el fortalecimiento del libre mercado, cada vez menos controlado por los Gobiernos, son los principios básicos de la derecha y los que nos han conducido a esta situación.
 
          Es incomprensible que esto haya ocurrido con apoyos democráticos de mayorías formadas por trabajadores, autónomos y pequeños empresarios, que siempre serán los más perjudicados por la insolidaridad de las políticas de la derecha.
 
          Si los partidos de izquierdas tienen su razón de ser en la defensa de estos sectores mayoritarios de la sociedad, ¿por qué son las derechas las que gobiernan el mundo? Sólo cabe una respuesta racional: Porque nos dejamos engañar, como Ulises, por cantos de sirenas. Quienes siempre han creído que el poder es propiedad exclusiva de la derecha, como si de un mandato divino se tratara, consiguen demasiadas veces engañar a las gentes de las capas sociales que más necesitan de la solidaridad de la izquierda.
 
          Hace ya demasiados años que las sirenas de la derecha política, religiosa y cultural cantaban melodías sobre la “muerte de las ideologías” y sobre el “pensamiento único”, proclamando que las diferencias entre derechas e izquierdas eran falsas. Por desgracia, estas canciones, aprovechando la caída del comunismo soviético, produjo un encantamiento general que derivó en el desprestigio de la izquierda y en la hegemonía del neoliberalismo. La Europa del Estado del Bienestar enflaquece, la economía libre de mercado se hace más salvaje y la POLÍTICA abandona irresponsablemente su puesto a la ECONOMÍA.
 
          La crisis económica global está despertando al mundo occidental de aquel encantamiento generalizado provocado por aquellos cantos engañosos. Ya nadie cree que el pensamiento sea único ni que las ideologías estén muertas, sino que las sociedades que quieran matar sus ideologías y unificar sus pensamientos pueden morir por suicidio. Por ello, todos sabemos que esta crisis no tiene una única solución, sino varias soluciones, dependiendo del resultado final que se pretenda lograr.
¿Quiénes pueden solucionar esta CRISIS?
 
          O los Socialistas Europeos, aplicando sus principios políticos de libertad, igualdad y solidaridad en la construcción de una Europa Social, en la que sea la política la que controle y ponga norte a la economía. O los Populares Europeos, cuya política sabemos a dónde nos conduce: al descontrol voluntario del mercado, al despido libre, a la congelación de salarios, a la jornada laboral de 65 horas, a la privatización de servicios públicos fundamentales, a la eliminación de políticas sociales, a la nacionalización de pérdidas y privatización de ganancias empresariales, al desprecio de la política frente a la economía, etc.
 
          Como “no hay mal que por bien no venga”, reflexionemos sobre la crisis económica que estamos padeciendo, aprendamos de ella y aprovechemos la oportunidad que nos brinda para empezar a construir, entre todos los que creemos de verdad en los valores de la izquierda, un nuevo orden mundial, partiendo del cambio ya iniciado en los Estados Unidos de América y del otro cambio que podemos originar con nuestro voto el próximo domingo en Europa. Aprovechemos la oportunidad que nos brinda la historia para vencer el egoísmo, la soberbia y la avaricia de la derecha con el humanismo solidario de la izquierda.
 
                                                                                                                               Fernando Pineda Luna

13 abr 2009

DESPRECIO AL SISTEMA DEMOCRÁTICO

DESPRECIO AL SISTEMA DEMOCRÁTICO
LOS POLÍTICOS DE LA OPOSICIÓN DEBEN SER MÁS LEALES A LA DEMOCRACIA
 
          La democracia es, sin duda alguna, el mejor de los sistemas políticos posibles para organizar la convivencia pacífica de las sociedades humanas. Es la única organización humana capaz de equilibrar intereses contrapuestos de grupos sociales diversos, gracias a los instrumentos de participación que desarrolla y a los principios que la definen.
 
          Son innumerables los ejemplos encontrados en la historia de la humanidad que nos permiten asegurar con rotundidad que los objetivos básicos del bienestar social (libertad, igualdad, solidaridad) son inalcanzables simultáneamente sin un sistema democrático que los regule mediante la participación del pueblo. Sin este instrumento, la lucha por la igualdad terminaría destruyendo toda posibilidad de libertad, al igual que el abuso de la libertad eliminaría cualquier avance hacia la igualdad.
 
          Sólo la participación democrática puede equilibrar la consecución real de ambos objetivos a través de la solidaridad entre las necesidades de los diferentes grupos humanos y los intereses de los diversos sectores sociales, única forma de mantener activa la convivencia pacífica.
 
          Éste es el programa mínimo que todo demócrata debe defender y propagar en su acción pública y privada. Más aún, si se dedica, por elección popular, a la actividad política. Los representantes elegidos por el pueblo dejarán de ser dignos de su representación cada vez que antepongan intereses partidistas o personales a la defensa del sistema democrático.
 
          Sin embargo, nos encontramos frecuentemente con declaraciones políticas que indican graves faltas de respeto a la democracia, porque significan menosprecio a los resultados de la participación popular y, por lo tanto, desprecio al propio sistema democrático. Tenemos dos ejemplos recientes, ampliamente extendidos por los medios de comunicación, de dos representantes democráticos del pueblo andaluz y, por ello, importantes creadores de opinión pública:
 
          El primero se refiere a las desafortunadas declaraciones de Diego Valderas, el máximo representante de IU en Andalucía, cuando, refiriéndose a la dimisión de Chaves, por haber sido nombrado Vicepresidente del Gobierno de España, y a la propuesta de Griñán como nuevo Presidente, decía que ambos eran responsables de “la fracasada política andaluza de los últimos veinte años”. Durante ese tiempo, Sr. Valderas, los andaluces hemos votado siempre libremente, produciendo en cada legislatura las correspondientes mayorías parlamentarias y, consecuentemente, aprobando la gestión política de la anterior. ¿Es el pueblo andaluz, por lo tanto, el causante de esos “veinte años de fracasada política” que usted públicamente denuncia? Si fuera así, el fracasado sería el sistema democrático. Reflexione, sr. Valderas, antes de emitir sentencias políticas que sólo conducen al desprestigio de la democracia y a un sentimiento popular de inutilidad de la participación ciudadana. Le conozco, le aprecio y sé que no ha querido decir lo que ha dicho.
 
          El segundo ejemplo lo ha protagonizado Javier Arenas, el máximo responsable del PP en Andalucía, que, al valorar también los mismos cambios políticos de Andalucía, planteaba la necesidad de elecciones autonómicas anticipadas. ¿Por qué? ¿Por qué no gobierna el PP? No encuentro ninguna motivación democrática, como tampoco la encontró el propio PP en un caso similar ocurrido en Valencia. Allí no convocaron elecciones autonómicas anticipadas.
 
          Nuestro pueblo, Sr. Arenas, eligió hace un año al actual Parlamento de Andalucía y es éste el que puede elegir al Presidente de la Junta. Si Chaves ha dimitido, tendrá que elegir otra propuesta de sus Grupos Parlamentarios. Así funciona el sistema democrático que nos hemos dado y que debemos respetar todos los ciudadanos. Respételo usted también.
 
          Recuperemos entre todos la lealtad al sistema democrático, estemos en el poder o en la oposición. Sólo así dignificaremos la política y daremos el prestigio necesario a los políticos. Lo contrario seguiría extendiendo peligrosamente un sentimiento de frustración que conduce cronológicamente, sin duda alguna, a la paulatina pérdida de confianza de la ciudadanía en los políticos, al pasotismo político, al aumento galopante de la abstención y, finalmente, a la destrucción del sistema democrático.

                                                                                                                               Fernando Pineda Luna

16 mar 2009

UNA IGLESIA ROMANA POCO CRISTIANA

UNA IGLESIA ROMANA POCO CRISTIANA
 
          Una sombra alargada y fantasmal emerge desde la curia vaticana y se extiende por el mundo, cubriendo de oscuridad la fe de los creyentes, derramando odios humanos con caretas de amor divino y destruyendo esperanzas.
 
          Es como si la "Inquisición" resucitara, adaptando ahora a esta sociedad, en la forma, en lo accidental, los métodos, los instrumentos y los castigos, pero manteniendo el fondo, lo esencial.
 
          ¿Cómo es posible que altos dirigentes de la "Iglesia del AMOR" ("un único mandamiento os doy: que os améis los unos a los otros como yo os he amado"), representantes de Cristo, puedan estar tan dedicados a sembrar dolor, angustia, incomprensión y desesperanza entre las personas más necesitadas de amor, de comprensión, de esperanza y de felicidad?
 
          ¿Cómo se puede impunemente perseguir, humillar y anatematizar públicamente a los más desprotegidos de la sociedad, destruyendo, en algunos casos definitivamente, su dignidad ante el mundo?
 
          Todo esto sucede cuando el obispo, el arzobispo o el cardenal de turno aprovecha su universal "status" inviolable para denigrar psicológica, humana y religiosamente a quienes no siguen escrupulosamente sus anacrónicos postulados sobre la vida y la muerte o sobre los derechos civiles, humanos y divinos.
 
          Son ya demasiados los casos que "claman al cielo", que sólo se solucionarían con una auténtica democratización de la Iglesia Romana. El AMOR que debería proclamar esta "Iglesia Oficial", que cada día está más alejada de la auténtica "Iglesia Real" de Cristo, no es compatible con la condena y el desprecio a homosexuales, a madres, a padres, a médicos y a leyes democráticamente aprobadas en los diversos países.
 
          Todo esto es el resultado de una moderna "Inquisición", que aparece como un fantasma contra el progreso de la Humanidad. Este progreso no es contrario a la construcción de la nueva Cristiandad, iniciada en el Concilio Vaticano II, del que algunas Conferencias Episcopales no quieren oír hablar.
 
          Una niña brasileña de nueve años, embarazada por la violación sexual de su padrastro, aborta por múltiples y evidentes razones, incluyendo la de salvar su propia vida, y amparada por la legislación de su país.
 
          Todo esto, al parecer, es considerado demoníaco por un tal Sr. Arzobispo José Cardoso Sobrinho, que se lanza airadamente contra la madre de la embarazada, que permitió el aborto, y contra los médicos, que actuaron en cumplimiento de una ley democráticamente aprobada.
 
          Para tranquilizar a este Sr. Arzobispo, ¿qué se debería hacer? Al parecer, dejar que muera la niña de nueve años o quemar a su madre en la hoguera por evitarlo, es decir, matar a personas reales por un feto con meras posibilidades de convertirse en futura persona.
 
          ¿Qué fe, qué amor y qué esperanza pueden propagar estos egregios perdonavidas?
 
          Unos desesperados padres andaluces deciden salvar la vida de su hijo enfermo de la única forma científicamente posible: el cordón umbilical de un hermano sano. Nace el niño sano que salva la vida de su hermano mayor enfermo. ¿Puede haber algo más hermoso? Pues tampoco esto, que es vida más vida, agrada a otro grupo de obispos, de arzobispos o de cardenales, que ahora (¡cuántas contradicciones!) propugnaban el triunfo de una muerte sobre dos vidas.
 
          ¿Qué hacer en este caso para agradar también a estos dirigentes eclesiales? Seguramente, renunciar al nacimiento de otro hijo y resignarse con la muerte del niño enfermo o quemar en la hoguera a sus padres, a sus médicos y a todos los parlamentarios que votaron estas leyes.
 
          ¡Qué pena siento como cristiano cuando contemplo día a día que esta Iglesia Romana es cada vez menos cristiana!
 
                                                                                                                               Fernando Pineda Luna

5 mar 2009

PRESENTACIÓN

PRESENTACIÓN
 
            Este blog tiene el objetivo de compartir, a través del diálogo y el debate civilizados, no sólo mis ideas, mis experiencias, mis conocimientos, mis pensamientos, sino también las ideas, las experiencias, los conocimientos y los pensamientos de quienes deseen participar abiertamente en él.

             Ruego que se abstengan de participar quienes gustan de esconderse tras los anonimatos.

            Teniendo en cuenta mi perfil, mi historial personal y mi vida pública, todos pueden comprender que el "disco duro" de mi ideario vital no sea otro que el de un luchador permanente por la LIBERTAD, la IGUALDAD y la SOLIDARIDAD a través de la FE, el AMOR y la ESPERANZA.

            Siempre creí y sigo estando convencido de que sólo podemos ser felices en la misma medida en que intentemos hacer felices a los demás.

            Un saludo: Fernando Pineda Luna.